lunes, diciembre 15, 2014

20.000 días en la tierra: la vida de un salvaje centrado en cantar historias


De qué va. Esta película, a medio camino entre el documental y la ficción, retrata el alma y el trazo cotidiano de Nick Cave, un músico australiano del que tenía alguna noticia gracias a la prensa…
La cinta revela el paisaje vital de un tipo con una sensibilidad fuera de lo común, que celebra sus 20.000 días en la tierra (57 palos para los no habituados a estas cuentas) con un rastro en el que se entremezclan sus recuerdos de infancia (llena de aventuras y una oreja pegada a los raíles del tren para anticipar el sonido de la locomotora) con anécdotas de su vida como ídolo de masas y sobreviviente a los excesos con las drogas.

Por el camino, queda de relieve la piel absorbente de un tío que estructura su vida a partir de la escritura de historias, su mujer, el cuidado de sus hijos y el proceso integral de contar, cantar y deformar con terciopelo esas historias.


Por qué me gusta. Porque es divertida, porque es irreverente y porque el protagonista tiene carisma y se mueve con suficiente elegancia y humor como para que su sombreado universo esté poblado de sorpresa y destellos de esperanza.

Cave es suficientemente valiente como para abrir la gruta emocional de una estrella del rock y por el camino quedan de relieve sus principales motivaciones vitales, mientras charla con un psicoanalista (emocionante cuando evoca la figura de su padre), sus músicos (y sin embargo, amigos), así como antiguos compañeros de viaje, con la tremendérrima Kylie Minogue ocupando un puesto muy especial.

Las pegas: Tanto se retuercen las galaxias sobre las que gravita este trovador del XXI que a veces te cansa, lo mismo que otras veces te hace gracia: el peligro de que tu agujero negro (atención de estrella) conceda demasiados planos a tu ombligo…

Cuándo verla. Por la noche. Envuelto en asombro y con buena compañía para luego saborear con pausa los sofisticados disparates de este ‘bebedor’ de historias.



Las guindas:

Cuando explica (y cómo lo explica) el big bang interior que sintió al conocer a su mujer.

El momento en que el ve Scarface junto a sus hijos. 

 La elegancia (el traje, los pasos, el humor negro) de este rockero que viste trajes de caballero con sombra. 

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