martes, septiembre 04, 2012

Silencio


Cosenza tiene la piel seca.
El silencio es una intuición universal.
El tacto, la nostalgia, la ausencia.

El gallo se adelanta, vencido, y
señor perro, más tabernario, se lía puñetazos,
los tipos de esa silla dirían que ladridos.

La habitación es un palacio ausente.
Casi tan vacío como un actor sin guión.
Mientras, las estrellas buscan echarle el lazo a un
soldador.

Soñador como sinónimo de muy lejos de ahí.
Por esta vez, como una barrera: incapaz de cortejar al momento.
No al menos con la plenitud plenipotenciaria plenitud de los que hacen un todo.

Tanto todo para tanto uno.
Demasiado todo para tanto uno.
Al menos por esta vez.

 Apaga la luz,
esa que no aparece en la furia,
y acaricia la piedra.

Apenas los coches apenas se atreven a respirar.
Consenza, después de todo, es una ilusión menos.

Inclina la tristeza,
perdona el techo
y agradece el horizonte.

El silencio es una intuición universal. 


(Imagen de Vicenzo Covelli)

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