viernes, junio 08, 2012

Le llaman dios


Cuerpo de castigador de la barra 
y sonrisa de maquinador de hedonismos.

El trabajo es un viaje lejos del desierto.
Compositor de tentaciones,
se mueve despacio y piensa relámpago.
Vieja estratagema de los predadores.

Enciende las bromas y apaga el cigarrillo.
Las guiris le sacan casi una cabeza.
Pero su lustrado pelo atezado ignora
los complejos.

Qué alegría más amplia.
Moverse y cantar.
A esta invito yo.
Vuela sentado,
mientras mete cartas.

Cuando se quiere dar cuenta,
la cartera rubia se las concede todas.
El vagón está lleno pero a
dios le gustan las multitudes,
más aún acariciar el tejido de la
música.

¿Por qué le llamáis Dios?
Porque vive como quiere y
siempre está rodeado de mujeres. 

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