Las velas ambientan
un lenguaje de sonidos.
Leemos la piel con la emoción de los pioneros.
Correcto, señorita búsqueda:
de inventarnos un cobertizo.
El silencio pone linternas en la naturalidad.
Le decimos ‘espera’.
Espera mundo hecho.
Y elaboramos una cueva donde amplificarnos.
Peter, que bonito...me ha encantado este poema
ResponderEliminarMerci Beaucoup Tama, es la magia de las velas ;-)
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