viernes, julio 02, 2010

‘The special one’ se hace mayor


Un día antes. Vamos a enviarle a special su regalo en la previa del día en el que le caen 31 castañas. Nadie lo diría. Al contrario que Mourinho, special no ha pedido que le llamemos así. Digamos que la vida ha decidido que ese es su apodo. Nuestro protagonista nació en Madrid, pero su corazón pertenece a Asturias, más en concreto a Salinas. En ese sitio, donde a finales del XIX la gente se ganaba el pan con la minería y la metalurgia, existe un club náutico que es trazo de incitación e intensidad para la gente que tiene la suerte de bañarse en sus piscinas durante los veranos.

Special posee el carisma de los divertidos. Parece sacado de una comedia gamberra de los años ochenta. Habla como una locomotora y es capaz de llevar al absurdo cualquier situación y pintar la sonrisa (cuando no provocar la carcajada) a las mujeres que se sientan a su lado. Por ejemplo en una boda. Así es especial. Una buena amiga dice que cada uno de nosotros tiene su público, con esta pegatina explica la clase de atracción que puedes tener con el sexo opuesto. En el caso de special, ese público es mayoritario.

Quizá tiene que ver con su aspecto. Es algo así como una versión actualizada de Michael J. Fox. Un eterno. Adolescente. Carpetas. Y caras simpáticas, a medio camino entre la apostura y la broma. Ese es otro de los secretos de special. No se toma demasiado en serio. Y le encanta bailar. Se lo pasa bien. Las chicas, alegres y con energía en el movimiento, adoran esa clase actitud: cómoda y creativa cuando se trata de interpretar la música con las extremidades.

La fiesta antes o después requiere un licor. Si está aburrida, special recuerda al maestro Buck: “Bebo para que sucedan cosas”. Si está interesante, special prueba el brebaje para facilitar el chasqueo de chistes. Si está divertida, special simplemente se desliza por un tobogán donde siempre pasa algo: una broma, un baile, unos besos.

Tampoco conviene maximizar esas facilidades. One prescinde sin problemas de los brebajes. Son acompañamiento. Nunca esencia. Su cualidad es un discurso. Su discurso, oleaje. Instintivo, impredecible, hilarante. Lo más parecido que te puedes encontrar a Woody Allen ensartado en la normalidad. Ese factor es otra de las grandezas de special. Teniéndolo todo para canalizar o acentuar su brillantez, se siente cómodo siendo uno más. Haciendo piña. Fortaleciendo almas.

De una manera como acompasada, hace lo correcto sin elevar el gesto. Es un maestro de la naturalidad. Lo mismo para besar en el cuello a esa incauta que para poner el acento en acompañar a un colega si éste se encuentra en un trance complicado. También el amigo que no tiene reparos en hacer el tonto para echar un cabale a dos colegas con su web. Así es especial. Un hombre con careta de jugón. Un fanfarrón amable. Bromista con interiores de sentimental.

El chico que se esfuerza por darle un orden y sentido a las buenas cosas del viaje. Cualidad que seguramente aprendió de su padre, ese hombre con el que se intuye tan cerca, un incondicional, un referente y también un cómplice cuando se trata de ganar (y mejorar) batallitas. La prudencia y el perfeccionismo, de su madre. Las ganas de sacarle el jugo a este viaje, de su hermana.

Cara con gancho. Un Jorge Sanz flaco y menos castigado. Algo así, como de ejército de acercamientos, siente esa rubia a la que nuestro protagonista dedicará esta noche. Estamos hace unos años. Special quiere saborear cada momento y asegurarse de que no le quedaba nada en el condicional. Lo ha cincelado. Ahora sigue buscando. Pero con un entorno que hace que las cosas funcionen. Se gana bien las habichuelas. Es jefecillo.

Habla el inglés mejor que el común ibérico. Se relaciona. Trabaja. Aprieta los dientes. Canaliza logros. Y, lo mejor, sigue disfrutando. Pocas cosas se rompen dentro de él. Suaviza sus conquistas. Tiene swing, ese indefinible para sacarle el éxito al fútbol o el tenis, venerar el basket y conocer mundos. También aventureras. Special lo tiene todo para triunfar. Es feliz. Moderado. Pálpito de quien sabe que lo mejor está por llegar.

Su apodo surgió en la despedida de soltero de un amigo. Special estaba cortejando a una embajadora de la belleza. Los dedos dibujando fuegos artificiales. Y ella riendo con su juguetón inglés. Francesa. Indecisa. Ruborizada. Divertida. Intrigada. Dos amigos invitamos, la invitamos como de inconsciente, con cántico de "Special One. Special. Special". Si habéis llegado hasta aquí, podréis sentir fácilmente qué es lo que pasó…

Su kriptonita, todos tenemos una, es su ansia por beber, besar, vibrar. Exceso de impaciencia. Abundancia de velocidad. Esquirlas que el viento barrerá. Dentro de cinco decenios, cuando special recupere ese retrato sonreirá con una entonación: finalmente todo lo bueno se siguió inventando cada día. Felicidades Collan. Bienvenido a los 31.

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