
No lo visita desde hace un decenio.
Nunca más lo va a ver.
Simplemente, no lo necesita.
Con ustedes, colega.
Es reluciente, es verano.
Las chicas guapas se abrevian el vestido.
Mohicano (cabellera) pide ayuda a su colega.
La máquina no se entiende con el pelo.
El pelo, rebelde y resumido,
se deja otoño.
Cortar el pelo es un oficio.
Pero los acalorados del XXI se simplifican
con una cabellera de apariencia manzana.
Mohicano da las gracias a su colega
y los dos acaban partiéndose la caja
(con un disgusto de momento)
a cuenta de los caprichos de la navaja democrática.
Cortar el pelo es un oficio.
Y, paradojas,
Mohicano
quiere domesticarlo.
una cabellera más para engrosar el currículum del peluquero poeta, jajaja!
ResponderEliminarjajajajaja, una más para la buchaca :P
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