Cuando yo era negro
los taxis me ignoraban
no conseguía llegar al trabajo
tampoco encender mi rabia
y, sin darme cuenta,
una chica se estremecía.
Apaga la cámara
enciende la cámara te digo
trágate mi tristeza
porque a mi ya no me respira éste pegamento.
Eso es,
peces carnívoros
para vaciar mis lagos.
El firmamento promete extinción,
la jungla es una humana desgastada
y la locura unos ojos desiertos.
En este sitio no hacen faltas dudas.
El futuro es una perfecta negación.
Por eso, mi madre se está prostituyendo
y la barriga cada día se me hincha más
y todavía me acusas
porque
hoy me has visto
sonriendo.
De donde yo vengo
la televisión es el asombro
y el psicólogo un maestro melancólico.
Hablo de cuando
la noche significaba algo.
El mejor intercambiador de fuego,
cuando aprendíamos a soñarnos
camuflando nuestras memorias
con viejas leyendas afinadas por venerables.
Cuando yo era negro
me prohibían el acceso a las tiendas
y me enseñaban, lento pero lento,
la desconfianza con cara de normalidad.
El continente quedaba
a dos tres generaciones
casi tan lejos como esta cancha
donde la gente ahora me quiere
de rubias sedientas, piscinas y,
lo siento,
una vanidad con la que quiero relajarme quiero
después de tantas humillaciones.
Cuando yo era negro,
no tenía un pavo
pero maravillaba a algunos jóvenes
del Lavapiés o el Dos de Mayo.
Ya sabes, esa pelota de plástico
con la que estos días Josephine y yo mejoramos
el futuro de los nuestros.
Cuando yo era lejos,
sabía, no se como pero lo sabía,
que algún día pondría toda estas ganas de superficie sobre el cambio.
Un aullido.
Aullido humano.
El futuro de los nuestros.
los taxis me ignoraban
no conseguía llegar al trabajo
tampoco encender mi rabia
y, sin darme cuenta,
una chica se estremecía.
Apaga la cámara
enciende la cámara te digo
trágate mi tristeza
porque a mi ya no me respira éste pegamento.
Eso es,
peces carnívoros
para vaciar mis lagos.
El firmamento promete extinción,
la jungla es una humana desgastada
y la locura unos ojos desiertos.
En este sitio no hacen faltas dudas.
El futuro es una perfecta negación.
Por eso, mi madre se está prostituyendo
y la barriga cada día se me hincha más
y todavía me acusas
porque
hoy me has visto
sonriendo.
De donde yo vengo
la televisión es el asombro
y el psicólogo un maestro melancólico.
Hablo de cuando
la noche significaba algo.
El mejor intercambiador de fuego,
cuando aprendíamos a soñarnos
camuflando nuestras memorias
con viejas leyendas afinadas por venerables.
Cuando yo era negro
me prohibían el acceso a las tiendas
y me enseñaban, lento pero lento,
la desconfianza con cara de normalidad.
El continente quedaba
a dos tres generaciones
casi tan lejos como esta cancha
donde la gente ahora me quiere
de rubias sedientas, piscinas y,
lo siento,
una vanidad con la que quiero relajarme quiero
después de tantas humillaciones.
Cuando yo era negro,
no tenía un pavo
pero maravillaba a algunos jóvenes
del Lavapiés o el Dos de Mayo.
Ya sabes, esa pelota de plástico
con la que estos días Josephine y yo mejoramos
el futuro de los nuestros.
Cuando yo era lejos,
sabía, no se como pero lo sabía,
que algún día pondría toda estas ganas de superficie sobre el cambio.
Un aullido.
Aullido humano.
El futuro de los nuestros.
Fue una de las grandes sorpresas del excelente recital de ayer crack. Buen poema y aun mejor fue tu reflexión despues de recitarlo. Enhorabuena por todo aunque te faltara la "Oda a un vaso", que despues de ni se sabe cuantos recitales merecía un descanso para dar cabida a otros más jovenes y pujantes, aunque ya sabes lo que dicen de los viejos rockeros.
ResponderEliminarUn abrazo Pito.