martes, febrero 20, 2007

La nevera de mi amigo Óscar


Dos botes de coca-cola
(uno medio abierto)
y alguna loncha de queso casi
tan indecisa como
la luz de la nevera.

La despensa con frío y hasta polos
(anaranjados)
de este brillante cocinero
sólo entiende de
fiestas y chicas en bikini.

Sólo le valen los excesos.

Un vistazo rápido
confirma la sospecha:
salsas
y más salsas,
tomates de toda estirpe,
el naufragio de la mayonesa
y algo de mostaza.

¿Dónde está la comida con fundamento?
Eso, responde con un leve movimiento de hombros,
lo consigo con un teléfono cualquiera.

Lo que no se puede improvisar es el sabor
Haber quién alega algo contra eso.


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