viernes, diciembre 29, 2006

Menos luz, por favor

Recuérdalo. No más de treinta. Y la gente te celebra como nadie nunca encontrará. ¿Dónde? New York quizá. Un policía negro sonríe, preludio de un largo (y qué largo) mejora cambio contigo como emblema. El amigo con talento quiere acercarse inspirado por tanta rendición. ¿No podríamos no pelearnos por esta noche? Revistas. Uniformadas periodistas intentando traspasarte. Whisky. Luz y noche. Humo para desmayarse. Y más y mejores y más mujeres. Cuanto lujo tapizando las canciones. Amor. Controversia. Melancolía. Himno favorable. Inaugurando la rebeldía. La primera generación de la rabia lenta para decir no. No. No a la cultura de la violencia y la determinación de siglos de inmovilismo hogar. Y sí. Tengamos el sí a punto. El pop pegadizo de los chicos que divierten a la primera. El desencanto de quien explora hasta el borde. El gancho de quien llega y llena. La despedida de la siesta como aplazo de un infierno que a veces merece eléctrica combustión de dios primigenio. Serán escarabajos de Liverpool.

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